El vivir, una montaña rusa emocional

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«Siento que todas las sombras del universo se multiplican en lo profundo de mi piel». Virginia Woolf

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Hace un tiempo que he estado investigando, informándome e implementando en mi vida herramientas en búsqueda de un bienestar interior con el objetivo de gestionar mejor mis emociones, situaciones de conflicto, estrés, procesos internos e historias personales y el desafío laboral del día a día. He estado enfrentando muchos cambios como mujer, objetivos profesionales, historias que llegaron a su fin o se transmutaron en otras. La vida básicamente.


Durante ese proceso fui acumulando aprendizajes, habilidades internas y herramientas que me permitieron sentir un balance muy bonito en mi vida y una sensación de bienestar. Sentía que estaba en mi centro, tanto que hace unas semanas me encontré a un colega que me contaba los niveles del estrés que estaba viviendo y yo por supuesto y sin dudarlo compartí con él, en una breve charla, algunas de las herramientas y aprendizajes que había estado acumulando; los enumeré con la seguridad de quien está dando una receta de cocina, con la seguridad de que todo lo aprendido que estaba compartiendo con el colega lo estaba yo ejerciendo al pie de la letra en mi vida.

Dos semanas después de un rush laboral, todo eso que yo había aprendido se fue al traste, descuidé mis rutinas de bienestar, entre en un pico de trabajo que no supe gestionar, mi hogar entro en caos, y terminé un viernes literalmente con un burn out, quemada mentalmente y fisicamente agotada sin darme cuenta dejé las llaves dentro de mi casa, era de noche, estaba hambrienta porque se me había olvidado comer !! lloré inconteniblemente en el taxi que me estaba llevando a buscar la otra copia para poder entrar, lo único que quería era comer algo rápido y dormir. Una semana más tarde, me enfermé (por supuesto), mi sistema inmune se fue al traste y estuve más de dos semanas para poder recuperarme físicamente.

Con esto no quiero decir que todos esos aprendizajes y herramientas no me habían servido, para nada, después de lograr recuperarme fisicamente logré retomar mi camino de bienestar interno en pocos días, porque ya sé lo que tengo que hacer para volver a estar en calma y enfocada, aunque no es fácil… Hoy se lo que tengo que hacer, antes no lo sabía.


¿Qué aprendí de ese episodio? Que ese estadio de bienestar es sumamente frágil y que debo estar atenta a las señales que me muestra el cuerpo y la cabeza para no irme al carajo de nuevo. Resumiendo, para lograr mantenerme en ese estadio de bienestar debo cuidar de mi misma.


Hoy estuve sintiéndome espléndidamente, iba por la calle con una energía de lo más bonita, iba por la Av. Callao admirando los hermosos edificios de esa zona de la ciudad, y cuando estaba cruzando la av…. en el medio de la calle, había en el asfalto un gatito muerto, era pequeño y naranja atigrado, lo habían atropellado y quedó allí tendido en el cruce de Callao y Mitre….. pucha… seguí caminando por Mitre absolutamente compungida, tristísima, toda esa sensación esplendida que tenía fue transmutada por una sola y breve imagen, no podía quitarme la imagen del gatito de la mente. Respiré profundo, respire, respire, respire, …. Y poco a poco fui recobrando la calma.


Fue entonces volví a conectarme con esa conclusión a la que llegué en estas semanas, nuestro bienestar y nuestra salud mental son taaaan frágiles.


Comparto todo esto porque como he escrito varias veces acá, las redes sociales muchas veces se convierten en una mascarada de tu propia vida, una vida en la que todo es bonito y está todo bien. Y algunas veces no lo está, y no todo es bonito, y algunas veces es duro, y estás inmersa en una lucha interna, y estas rota, o anestesiada emocionalmente (lo que en mi opinión es lo peor).


Creo que hay que entender que todas las emociones que te atraviesen son normales, son parte de nuestra configuración, tienen que ver con la química de nuestro cuerpo y nos ayudan a manejar las relaciones con nosotros mismos y nuestro entorno, son parte importante de nuestro proceso evolutivo. ¡Qué difícil es muchas veces gestionar toda esa montaña rusa emocional! Pero que lindo es sentir…


SENTIR en su origen etimológico se refiere a percibir con todos los sentidos, pero también está relacionado con el hecho de seguir hacia adelante, tomar una dirección.


Finalmente y a pesar de todo, me parece una buena manera vivir…

PD. Al final de la noche me fui al cine sola a ver Barbie, me gustó. Regrese a mi casa caminando bajo una fina llovizna que caía sobre el agua del dique de Puerto Madero. Tenía mucho tiempo sin caminar bajo la lluvia, llegué a casa y decidí escribir este relato e ilustrarlo con mi foto en el espejo del baño de un local japónés que fui hoy, en aquel momento del día que me sentía espléndida.

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